El respeto o la vergüenza.

He intentado no hablar de ésto. Pero no he podido callarme. Porque me indigna. Porque hay que acabar con esta lacra.

9 años de mi vida arbitrando. Cómo podéis imaginar, he tenido mil y un episodios que ponen en duda la teoría de la evolución de Darwin. He recibido insultos, amenazas, gritos. He tenido la suerte de no recibir nunca una agresión física, pero sabía que cada vez que salía a arbitrar, me arriesgaba a volver a mi vestuario con una. Como he dicho, nunca me llegó a pasar.

Pero este sábado, le pasó a un compañero. Fue en Valorio, en ese sitio donde yo he arbitrado mil partidos. En un F.S Zamora - C.D Benavente. EN UN ALEVÍN. En un partido de críos de 10 años. Un partido tenso y un penalti. Un partido tenso y un penalti desembocaron en "eres un hijo de puta" y en una patada en la espinilla. En un partido de alevines. El susodicho, haciendo un acto de valentía, agredió y se piró en el autobús de su equipo.

Es deleznable. Es deleznable que un partido de alevines se dé ese ejemplo. Es deleznable que árbitros que están aprendiendo, tengan que tragarse la ira de padres estrellados, que quieren que sus hijos logren lo que ellos no consiguieron, que no consiguieron porque como deportistas eran malos y como personas, peores. Es deleznable que se dé esa educación a los futbolistas del mañana. Es deleznable que a los árbitros no se nos deje aprender, que estemos obligados a nacer enseñados. Es deleznable que no hagamos nada por cambiar todo ésto.

El fútbol es un deporte que mueve personas, amistades, pasiones y sentimientos. Cuidémoslo desde abajo. Como dijo Pierluigi Collina: "El fútbol no es un juego perfecto. No comprendo por qué se quiere que el árbitro lo sea"

Mucho ánimo y que nadie te quite la ilusión por arbitrar. No estás solo, Toni. Ánimo, amigo.

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